28 de junio de 2007

from a GENIUS Freak

"Hay pocos entre nosotros que no se hayan despertado algunas veces
antes del alba, ya sea después de una de esas noches sin sueño que
nos hacen casi enamorados de la muerte, o una de esas noches de
horror y gozo informe, cuando a través de los compartimientos del
cerebro se deslizan fantasmas más pavorosos que la misma realidad,
animados con esa vida febril propia de todo lo grotesco, y que presta
al arte gótico su vitalidad, ya que ese arte es precisamente el arte de
aquellos cuyo espíritu ha sido turbado por la enfermedad de los ensueños...

Gradualmente unos dedos blancos se deslizan entre los cortinajes que
parecen estremecerse... Bajo oscuras formas fantásticas, sombras sigilosas
se ocultan en los rincones de la habitación, y allí quedan agazapadas.

Afuera comienza el gorjeo de los pájaros entre el follaje, o se oye el paso
de los obreros dirigiéndose al trabajo, o los suspiros y sollozos del viento
que llega desde las colinas, vagando alrededor de las casas silenciosas,
como si temiese despertar a los durmientes, y a la vez quisiera hacer
salir al sueño de su gruta purpúrea.

Velos tras velos de fina gasa oscura se levantan y, poco a poco, las cosas
recobran sus formas y colores, y acechamos a la aurora rehaciendo el
mundo en su antiguo molde.

Los vacíos espejos recuperan su vida mímica. Las luces apagadas
permanecen donde las habíamos dejado, y junto a ellas descansa el libro
a medio cortar, que leíamos, o la costosa flor con su tallo de alambre,
y que lucimos en el baile... Nada nos parece haber cambiado.

Desde las sombras irreales de la noche, vuelve a nosotros la vida real
que hemos conocido... Tenemos que reanudarla donde la habíamos
dejado, y entonces se infiltra en nosotros una terrible sensación de hastío
ante la necesidad de continuar con el mismo esfuerzo, dentro del fatigoso
círculo de costumbres estereotipadas, o bien un loco deseo de que nuestros
párpados se abran una mañana sobre un mundo que hubiese sido recreado
de nuevo en las tinieblas para nuestro deleite; un mundo en el cual las
cosas poseerían otros secretos; un mundo en el cual el pasado ocuparía
poco o ningún lugar, o que sobreviviría en todo caso sin la forma
consciente de obligación o de pesar, ya que el mismo recuerdo de las
dichas tiene sus amarguras, y el recuerdo de los placeres sus dolores."

Extracto de El Retrato de Dorian Gray (The picture of Dorian Gray_ 1891), por Oscar Wilde.

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