"La belleza está en el ojo del que mira"; "la belleza está en el interior"; estas son frases comunes cuando de belleza física se trata. La realidad es que la belleza no es algo relativo ni ficticio, es algo real, y es tan real que puede determinar la suerte de una persona.
Sé que casi no escribo sobre temas aparte de la poesía o el arte, pero este tema a dado vueltas por mi cabeza mucho tiempo, y me gustaría escribir al respecto.
Algunos grandes escritores y poetas saben del poder que la belleza física tiene. Provoca a la imaginación, es capaz de convertir en enemigos a los mejores amigos, puede levantar en armas a dos pueblos, etcétera.
Fuera del mundo de la literatura, la belleza tiene mucho peso en la sociedad, y lo ha tenido desde siempre. Podría ponerme a hablar sobre la belleza en el medievo, o sobre lo que se consideraba bello en otras épocas, pero para no hacer esto muy largo, sólo hablaré de mi punto de vista sobre lo que significa ser bello en estos tiempos.
Cuando una persona es bella, no sólo lo es para su estrato social y su cultura, lo es para todo el mundo. Hay quienes dirían que estoy equivocada, porque para cada país los estándares de belleza son diferentes, pero no estoy equivocada, porque estos estándares de belleza sí son relativos. Estos describen lo que sería el IDEAL de belleza en su contexto sociocultural, pero no existen como regla para la belleza, es decir, si por ejemplo una mujer en su región no cumple con todos los estándares establecidos, no significa que inmediatamente será considerada fea; simplemente será considerada como una mujer sencilla o quizá hasta un tanto exótica, pues es diferente a lo que su gente está acostumbrada a ver.
La belleza como concepto general es igual para todos, y para toda sociedad tiene cierto nivel de importancia. La belleza se basa en lo que visualmente consideramos armonioso, y en el caso de la belleza humana, en lo que vemos como juventud, salud física y capacidad reproductiva del sexo opuesto. Es algo casi instintivo que el ser humano prefiera copular con alguien que considera bell@, porque tratamos de "mejorar" la especie. En un sentido muy estricto, significaría que el más fuerte (es decir, el más bello) sobrevive, mientras que el débil (el que carece de atractivo), perece. Esto parece un pensamiento extremoso quizá, pero tiene bastante de cierto.
Igualmente hablando en términos generales, lo que el hombre considera bello en una mujer se relaciona mucho con su capacidad reproductiva y su salud, ya que la mujer debería ser capaz de engendrar muchos hijos sanos y fuertes, y seguir siendo una hermosa mujer aún después de sus embarazos. La mujer es la compañera del hombre y a su lado debería representar poder, estatus social, y éxito. Por lo tanto, al hombre le gusta que su mujer sea atractiva para que otros hombres puedan ver el nivel de éxito que tiene él, en pocas palabras, para que los otros se mueran de envidia.
Lo que la mujer considera atractivo en el hombre (y esto es algo por lo cual la mujer es tachada de materialista), se relaciona más con su capacidad de protección. La mujer necesita saber que su hombre es capaz de protegerla a ella y a los hijos que tendría con él. Por esto mismo, el hombre debería lucir fuerte, sano, y sí, así es, debería tener una atractiva capacidad económica, lo cual se demuestra con el automóvil que conduce, y las cosas que le compra. Esto se tacha de materialista, pero la verdad es que la mujer sólo sigue sus instintos, pues el mejor postor para ella, es el que más protección puede brindar.
Aún entre nosotros como cultura gótica existen estos estándares, por más increíble que parezca. He notado que _en términos generales, claro_ los hombres góticos prefieren chicas con cierto grado de delicadeza y con una belleza etérea, conceptos que se relacionan con la salud física y con la manera en que ellas serían con sus futuros hijos. Aunado a esto, prefieren que la mujer sea un tanto vampiresca, lo que se relaciona más con un comportamiento sexual pasivo-agresivo.
Las mujeres góticas se inclinan hacia hombres con cierto grado de rudeza y con la valentía de no temerle a nada. Esto relacionado de nuevo, con la protección.
Me atrevo a pensar que como cultura somos de mente más abierta, por lo que aceptamos más fácilmente a la gente, y no somos tan estrictos con nuestros estándares de belleza como otras culturas, pero aún así, los estándares existen.
Estos estándares, y la gran importancia que le damos como seres humanos a la salud física, la capacidad de tener hijos sanos, la capacidad económica y la fortaleza para proteger a los hijos, son lo que nos hace considerar a la belleza como algo tan importante. Por esto, las personas sienten la necesidad de competir, y para hacerlo existen muchas armas, desde el maquillaje hasta las cirugías, y en el caso del hombre esto también se usa, además de los entrenamientos con pesas, las llamadas "líneas" (palabras para atrapar chicas), hasta la preocupación por conducir un buen auto.
Estoy hablando en términos generales, por supuesto que no todos lo hacemos, o quizá lo hemos hecho alguna vez, sobretodo cuando ha surgido en nosotros el interés por conseguir una pareja, pero no a todos les preocupa tanto esta competencia. A veces sucede que cuando una persona se considera bella, no se esfuerza tanto, mientras que cuando otra persona se considera fea, se esfuerza demasiado por "cubrir" todos sus defectos.
Por otro lado, existe el llamado "Síndrome del Patito Feo" que es cuando una persona bella se considera fea, más que nada por causa de traumas relacionados con la apariencia física, vividos durante la infancia o la pubertad.
Otras personas que se ven a sí mismas como feas, y que sienten que no pueden hacer nada al respecto, tienden a la depresión, a sentirse intimidadas frente a personas que consideran más atractivas, o tienden a odiar a estas mismas personas y a sentir envidia de ellas. O pueden llegar a sentir una admiración más allá de lo normal por una cierta persona que ven como atractiva, y terminar acosándola, o desarrollando un trastorno llamado Erotomanía, que es cuando una persona se enamora de manera obsesiva de alguien que ni siquiera sabe que aquella existe. Sin embargo, la erotomanía no ocurre necesariamente en gente que se cree fea, pero sí se puede dar en quien vea bella a la persona objeto de su obsesión.
En la sociedad, la belleza es también importante, y a veces es motivo de discriminación. Por ejemplo, muchos varones tienden a ser más amables y accesibles con una mujer bella, y casi ni ven a la que tachan de fea. Los hombres fuertes no se cansan de minimizar a los que ven como débiles, y estos mismos se sienten poco atractivos para las mujeres. Ni mujeres ni hombres quieren mostrar sus debilidades ante el otro, para no ser rechazados. Las mujeres no saldrán sin máscara de pestañas, los varones no llorarán jamás.
Ahora, aquellos que envidian a las personas bellas piensan que estas viven vidas perfectas, pero eso no es real. Por ejemplo:
-La mujer que sabe que la consideran bonita se siente más presionada a cumplir con un papel
dentro de su comunidad, representando lo que los demás consideran
bello, y cumpliendo con el rol que le corresponde para ser bien vista.
-Con frecuencia es víctima de acoso.
-Algunas mujeres se niegan a ser amistosas con ella, por creerla presumida y altanera.
-Si ella quiere dedicarse a una actividad simple o que requiera de inteligencia, algunos podrían burlarse, ya que ella por ser bonita no es inteligente y sólo sirve para ser modelo o porrista.
-Algunos hombres pueden creer que ella existe exclusivamente para provocarlos, o que ella está intentando seducirlos constantemente, cuando sube las escaleras o agarra un bolígrafo para escribir en un post-it.
-Si una madre tiene una hijita, la felicitarán a cada rato por tener una niña tan bonita, si por el contrario, su hija es feita, no le dirán nada, le dirigirán miradas, o a modo de felicitación le dirán cosas como: "tu hija ya usa frenillos, qué bueno".
Estos son sólo burdos ejemplos de lo que la sociedad exige de las mujeres bellas.
La belleza también se percibe de diferentes formas según nuestro humor y edad, y otras condicionantes.
Hay que aceptar que nuestro mundo es materialista, y no hay que ser tan exigentes con nosotros mismos, y aceptar que nos importa la belleza física. No tiene que ser tan malo, pues es en parte algo natural en el ser humano.
En cuestiones del amor, la belleza no es lo más importante, y en las relaciones con otros, una buena actitud es más valiosa que cómo te veas, tan es así que una persona bonita puede terminar viéndose fea por culpa de su actitud negativa y su forma de ser; y viceversa.
La belleza física es real (no es absoluta, quizá) y tiene su valor, pero no es el valor más importante en la vida. La belleza más real y más trascendente es la que llevamos dentro. Si amamos y damos cosas buenas a los demás, sin altanería ni rencores, ni envidias, ni odio, nuestra belleza interna se reflejará por fuera.